
Santo Domingo.- La relación comercial entre República Dominicana y China ha crecido considerablemente desde el establecimiento de relaciones diplomáticas el 1 de mayo de 2018, pero conlleva importantes desafíos, como se destaca en un prospección fresco de José Peña Santana para El Nuevo Diario. Según Santana, si aceptablemente China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de la República Dominicana, esta floreciente relación está marcada por un sorprendente desequilibrio comercial.
Santana señala que las importaciones chinas a República Dominicana han ido aumentando rápidamente, mientras que las exportaciones dominicanas a China permanecen estancadas. Esta disparidad ha resultado en un creciente endeudamiento comercial, lo que plantea riesgos a derrochador plazo para el incremento crematístico del país. Santana señala que sin un enfoque importante para impulsar las exportaciones, la República Dominicana corre el aventura de afianzar una relación comercial desequilibrada, lo que podría socavar su soberanía económica.
Citando datos del Observatorio de la Complejidad Económica (OEC), la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) y la Dirección General de Aduanas (DGA), Santana subraya la urgente carestia de una logística comercial equilibrada. Al primer semestre de 2024, las exportaciones chinas a República Dominicana alcanzaron los $2.080 millones, lo que supone un aumento del 7,42% respecto al mismo periodo de 2023. Por el contrario, las exportaciones dominicanas a China disminuyeron un 7,31%, al caer de $83,40 millones a $77,30 millones.
El artículo enfatiza la carestia de que la República Dominicana diversifique su ofrecimiento exportadora y mejore la competitividad de sus productos en el mercado chino. Santana sostiene que esto se puede alcanzar a través de una política comercial más agresiva que promueva la innovación, la calidad y la diversificación de los productos dominicanos. Además, los esfuerzos diplomáticos para estabilizar el ataque preferencial al mercado chino podrían ayudar a cerrar la brecha comercial.
Santana concluye instando a los responsables de las políticas a ver el crecimiento de las importaciones chinas no sólo como una oportunidad sino asimismo como un desafío importante. Sugiere que atracar este desequilibrio requiere esfuerzos concertados para metamorfosear a China de un puro proveedor a un seguro socio importante para la República Dominicana.