Qatar.-Pocas cosas le faltan por probar a Lewis Hamilton en esta vida a sus 39 abriles de tiempo. Una de las experiencias que le faltaban por morar al siete veces campeón del mundo era notar lo que siente un cosmonauta. Además, este era uno de los sueños que tenía de chico, y aunque esta es la segunda ocasión en la que completa una actividad similar, lo ha disfrutado como si fuese la primera.
Para esto, el anglosajón se ha subido a un jet L-93 Albatros, que utilizan para los entrenamientos los futuros astronautas.
A menudo está sometido a situaciones extremas, pero siempre montado en su monoplaza de Mercedes, que el año que viene pasará a ser rojo Ferrari. Pero, en esta ocasión ha tenido que salir de su zona de confort para constatar otra situación remate.