Conocí a Alexéi Tellerías con palabras. Antes de ver su presencia en un atmósfera o reparar la cadencia de su voz en una representación, fue tinta que nos unió. En los días de Diario de catarsissu blog, sus textos eran una avalancha de emociones crudas, reflexiones necesarias y una chispa de esa revolución poética que abriles más tarde cristalizaría 1NTR4G4BL3. Desde entonces, nuestra amistad literaria y epistolar, más WhatsApp que cualquier otra cosa, ha sido un puente de diálogo incesante, alimentado por nuestras luchas antirracistas y la constante búsqueda de nuevos idiomas para relatar el Caribe.
Cuando Alexéi visitó Puerto Rico en 2010, tuve el privilegio de ver varias de sus presentaciones en vivo. Su presencia en el atmósfera fue una extensión de su poesía: vibrátil, irreverente, honesta. No se limitó a entonar versos, los encarnó, arrojándolos al éter como proyectiles que sacudieron las conciencias. En cada presentación, reconocí el mismo espíritu indomable que ya había instruido en sus textos, pero amplificado por la energía del momento, por la complicidad de una audiencia que entendía su aprieto.
En 2014, visité la Feria Internacional de Libros de Santo Domingo para presentar mi novelística Violeta. Fue una experiencia enriquecedora, no solo para el intercambio culto sino todavía para la reunión con Alexéi en su propio región. Compartimos conversaciones sobre humanidades, resistor y el poder transformador de la palabra. Fue un momento de reafirmación de nuestros ideales y la certeza de que nuestras trivio pueden ser un puente entre las luchas comunes.
Ese mismo año, cuando la Universidad de Puerto Rico enfrentó una de sus crisis más significativas, Alexéi mostró su apoyo a la campaña para rescatar a la UPR. Desde su plataforma, denunció la precariedad de la educación pública y la importancia de defender espacios de conocimiento y pensamiento crítico. Sus palabras resonaron más allá de la isla, recordándonos que la lucha por la educación es una causa que cruza las fronteras y que la solidaridad entre escritores y activistas es fundamental para la resistor. Mi entonces pareja, Zulma, le trajo una camisa en defensa de la ERR, y la usó con orgullo.
A lo dispendioso de los abriles, he seguido su trayectoria, desde la publicación de «Cuaderno de Catarsis», que capturó la esencia de ese blog fundamental, para obras como Píxel Sonoro y Desayuno de tachuelas. Cada una de estas publicaciones es un declaración de su crecimiento, su afán por romper los mohos y su capacidad para capturar la musicalidad intrínseca de la vida cotidiana. En su poesía, la ciudad respira, la protesta se convierte en un verbo y el ritmo del Caribe se mezcla con la melancolía y la ira de lo que aún queda por trocar.
Su volumen más fresco, 1NTR4G4BL3es la culminación de esta búsqueda. En sus páginas, Dembow, el lengua urbano y la esencia de la ciudad se entrelazan en un manifiesto poético que desafía las estructuras y redefine lo que entendemos por la humanidades. Es una revolución de la palabra que resuena en cada cumbre, que se niega a ser domesticada y que insiste en que la poesía todavía se puede retozar.
En sus palabras iniciales a la colección de poesía, dice provocativamente:
Mi texto protegido de este volumen es:
Un Modo de Advertencia
ESTA VA POR LOS DERROTADOS DE LA HISTORIA
Las Olvidadas de la Memoria
Virginia por la poesía que aún dame en las cunetas
Aguardando El Jamaquión
Que Habrá de Sacarla
de su amemamiento
ESTA VA
VA por los Huesos
Que Hoy Son Astas de Bandera
pá 'se guirdo revolucion
desprendidos de muertos
Por Las Fosas Comunes
que aún yerro por emisión
Virginia
por la Memoria de Gritos
Mancillados en dictaduras multinombres
Cuando Disentir era Pecado Mortal
por esas y esos
que pusiera el cuerpo
Frente a la Piedra
Oh Frente a la Bala
soñando un Destino Diferente
ESTA VA POR ELLES
pero todavía por nosotres
Les Que Resistimos en Futuro
una conciencia de que tal vez
no lo lleguemos un ver
pero ya lo dijo labordeta
heno que forzarlo para que pueda ser
entoncesAquí Estamos
Resistiendo Descargas Atómicos Silenciosas
EN UN ABRAZO CON QUIENES ESTUVERON ANTES
Ejerciendo resistor
Resistir se Vuelve Lauro
Cuando embalsa el singladura en desventaja
Retrocedente de pecado
sin dar dar un paso antes
Gritando En Silencio Que … ¡español!
Alguien lo tiene que hacer
Esta VA para Todes Nosotres
en inclusivo no binario
que persistimos en desenterrar
Aquella poesía
Que Hizo Casa en Las Alcantarillas
Pero Que Sigue Sido
indefectibilidad
irremediable
insoportable
poesía […]
«Nuestras luchas compartidas y la certeza de que la literatura es más que un arte: es un acto de resistencia». En cada carta, en cada mensaje intercambiado, en cada volumen que nos hemos recomendado, la idea se refuerza de que la palabra puede rajar grietas en las paredes más sólidas y que la poesía, cuando se hace con la verdad, es indigestible para aquellos que temen el cambio.
Tellerías ardor o escribe cuando las lágrimas se desbordan para mí en momentos en que algún evento racista o homofóbico me duele hasta la núcleo, aquí en Boriqué o allí en Quisqueya. Él sabe qué decirme, como si me estuviera cantando una canción de tranquilidad. También sabe qué hacer para provocar una levantamiento en mí y traer de dorso el deseo de resistor.
Alexéi y yo seguimos escribiendo, continuamos soñando con un Caribe que acento en todas sus voces, que trucha de mar al ritmo de sus propios latidos, y que nunca deja de inventarse nuevas formas de decirse.
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Por Yolanda Arroyo Pizarro
Escritor y editor puertorriqueño
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Yolanda.arroyo@gmail.com
@yolandaarroyopizarro